Exposición Mevaki "Las Venus imperfectas" - Bar Ancestral · Provenza 340, Barcelona

Si Miriam Fernández se hubiera conformado con trabajar sólo por dinero, no existiría Mevaki. Se ganaría la vida haciendo bocetos con un ordenador como diseñadora gráfica. Pero no estaría en el lugar que quiere estar. Y sus gatos ilustrados que acompañan escenas domésticas, como a una anciana cocinando, no hubieran viajado a la Tate Modern de Londres de la mano de la Feria London Book Fair. Tampoco nos hubiera descubierto las historias humanas que hay tras los números de la guerra con unas pinturas realizadas para el Fórum Europeo de Ilustradores en apoyo al pueblo ucraniano. Y al proyecto “The Barcelonian”, impulsado por Luisa Vera, le faltaría una pieza.

Para esta serie de portadas de una revista imaginaria, que rinde homenaje a la mítica “The New Yorker”, Mevaki realizó un retrato colorido de Barcelona, en el que aparecen coches caricaturizados como bestias con dientes afilados y peatones que recuerdan a autómatas. “Quería reflexionar sobre el ego humano”, cuenta. “Mi portada para ‘The Barcelonian’ es una invitación a reflexionar sobre nuestras relaciones, sobre nuestra ciudad y el lugar desde el que construimos nuestras vidas”, dice.

Pinte sobre gatos, mujeres o escenas de la vida cotidiana, en la obra de Mevaki hay una constante, trata de transformar en imágenes ese universo que no se ve, pero que las personas sienten y acaban transformando el mundo exterior. “Mi trabajo está ligado a mi fascinación por la metafísica y la física cuántica. Me gusta ilustrar esa conexión entre realidad y fantasía”, explica. Como otros artistas, Mevaki entiende el arte como una manera de transformar su mundo, de escucharse y acercarse a la belleza. “Necesito expresar mis emociones a través de la pintura y los brochazos. Tengo que confesar que lo que realmente me gusta es una paleta llena de acrílico y manchar libremente. A lo loco”, admite. Aunque hable de espontaneidad, detrás de su obra hay técnica, saber y experiencia. Su padre era pintor y coleccionista de cómics. “Desde pequeña he tenido acceso a mucha obra gráfica”, cuenta. Estudió en dos escuelas de arte y cuando dejó su trabajo como diseñadora gráfica para volver a mancharse las manos y oler la pintura, se tomó un año y medio para saber qué quería hacer.

Con Mevaki, Míriam Fernández, además de realizar proyectos para prensa y de producto, su especialización, invita a la gente a explorar juntos su imaginario para lograr hacerlo palpable y provocar cambios.

Es sencillo. Como dice el cocinero, Martín Berasategui, “somos felices donde más a gusto nos encontramos”. Y Míriam Fernández es feliz con Mevaki, ilustrando emociones, jugando con colores vivos y pintando con técnicas mixtas -lápiz grafito, acrílicos, tintas chinas, rotuladores-. “Me gusta mezclar texturas, técnicas digitales y universos que no tienen nada que ver”, añade.

Mevaki - Uxía