Colección Exclusiva en La Rubia · Ferlandina 29, Barcelona

Cuando un anónimo puso en boca de Mafalda aquello de “paren el mundo que yo me bajo”, la artista vasca afincada en Barcelona, Marta Marugán (San Sebastián 1964), aprovechó la confusión para apearse. Y mientras Quino, el padre de Mafalda, trataba de explicar que la frase más famosa que se atribuye a su personaje no era suya, Marta Marugán se dedicaba a observar, para luego pintar y descubrir al resto del mundo aquellas cosas que, por culpa de las prisas, nos pasan desapercibidas. Quino alegaba que “Mafalda no quiere bajarse del mundo, porque quiere que el mundo mejore”. Pero Marta Marugán ha demostrado que detenerse, para poder contemplar, facilita la reflexión y esas reflexiones a las que da vida con dibujos y pintura invitan a pensar y a actuar.

Su obra, llena de color, movimiento y curvas está repleta de simbología. Y en algunas piezas descubre paisajes interiores oníricos. “Siempre he pintado. Pintar, dibujar, estampar, en definitiva, crear, ha condicionado mi forma de entender el mundo; mi sensibilidad y mis decisiones”, cuenta. “De pequeña descubrí que pintar es un acto mágico. Y también una herramienta poderosa con la que puedo unir mi mundo interior con el exterior y contar historias de estos dos universos. Es algo que me apasiona”, confiesa. Tanto es así, que en su faceta de profesora –colabora con la prestigiosa Escuela Massana de Barcelona-, ha desarrollado un método personal al que llama “Dibujar para ver”.

Como su obra, su exposición con TheClubArt tiene mucha simbología. Ha elegido una decena de lienzos que pintó hace treinta años porque cuando las creó frecuentaba el local que hoy las expone. “Iba a divertirme y a escuchar poesía. Hoy el local sigue funcionando, se llama La Rubia. Yo también estoy y aquellos cuadros aún están conmigo. Hay una reunión de los tres y esto me gusta”, explica.

Aunque ahora su obra respira distinto, tenía magia elegir esas piezas. Marta Marugán cuenta con una fructífera trayectoria. Cursó Bellas Artes en Barcelona y Deusto, y se licenció en la especialidad de grabado, técnica que mejoró en Florencia. Entre 1992 y 2002 residió en París. Además de la Feria de Basilea y Arco, ha expuesto en Nápoles, Milán, Oporto o Seattle. Ahora, vive en Barcelona, donde compagina la creación con la docencia. En su última exposición ha recuperado obra de la primera vez que vivió en Barcelona.

Marta Marugán - Perro Lazarillo. 1996