Exposición restaurante MAAI C/ Regàs 30, Barcelona

¿Te has fijado alguna vez en que los árboles, pese a estar uno muy cerca de otro, no se tocan? Jenn Galeote sí. Es un mecanismo de cooperación que permite que los rayos de sol lleguen al suelo para que todos los árboles puedan crecer. Esta artista, que empezó dibujando en sus horas libres, un día dejó su trabajo como profesora de inglés para acercar la naturaleza a los hogares a través de sus obras. “La mayoría de gente corre de un lado a otro y no tiene tiempo de parar a mirar una flor, las nubes o el sol, yo quiero que lo vean. Que al entrar en sus casas, encuentren ese refugio y esa calma que nos da la naturaleza”, dice.

Le gusta entender la naturaleza como una todo, una red de elementos interconectados y en constante movimiento en la que el hombre es una pieza más. Es su principal fuente de inspiración y también su refugio. Y ese bienestar que siente cuando se adentra en un bosque, observa las nubes o el ir y venir de las olas es lo que quiere transmitir en cada una de sus obras. Para conseguirlo cuida cada trazo y busca la armonía a través del color, la forma y la textura, donde las formas naturales son las auténticas protagonistas. Incluso, en sus retratos o perfiles urbanos, por ejemplo, los edificios apuntan al cielo, dando protagonismo a la luz del sol, las nubes, el agua…

La técnica que más disfruta es el óleo. “Me gusta pintar en gran formato o en series para poder crear un mayor impacto, y para que los atareados y estresados ciudadanos contemporáneos se detengan y observen con mirada pausada estas obras que pueden devolverles la calma”, cuenta.

Jenn Galeote - ''Bruna'' - Óleo sobre lienzo